También  tenemos que  elegir entre  playa/piscina o montaña

Si elegimos playa o piscina: en ambos casos tendremos que llevar flotador, crema solar, bañador, toalla, gorra y chanclas.

  • Cuando son bebés les encanta la playa, tumbaditos debajo de la sombrilla y con la brisa del mar.
  • Cuando son más mayores, algunos niños les encantan la playa, realizando sus preciosos  castillos de arena y metiéndose al agua.

Por el contrario otros niños prefieren la piscina, meterse un chapuzón tras otro, toboganes… Nunca hay que obligar a los niños a bañarse en playas o piscinas, cada uno lo hará a su tiempo.

Es muy importante, y no se nos puede pasar identificar a los niños para evitar posibles perdidas  o distracciones  para ello hay pulseras que se las ponemos al niño para identificarlo: nombre, dirección, teléfono… o localizadores GPS que puedes poner en el bolsillo del niño y desde  nuestro móvil  lo encontraremos brevemente.

Si elegimos la opción de la montaña.

  • ¿Quien dijo que no se podía ir a la montaña con un bebé? Nos recrearemos de preciosos  lugares al aire libre, disfrutando exclusivamente de la naturaleza. Los aspectos que tenemos que tener en cuenta es llevar ropa cómoda y adecuada para senderismo y calzado adecuado. El bebé lo llevaremos en una mochila portabebés y llevaremos una bolsa con la comida y todo lo necesario para el (toallitas, pañales, bolsas, chupete…)

Elegir un viaje a la montaña con nuestro bebé es inculcarle nuestro gusto y nuestra pasión al aire libre y desconexión del mundo.

  • Cuando son niños a partir de 2 años: en este lugar los niños pueden hacer senderismo disfrutando de la naturaleza, jugando al aire libre, siendo pequeños exploradores, buscando insectos,  comparado los diferentes tipos de plantas que aparecen en el trayecto …resumiendo “desconectando de la ciudad”

Los niños entre 0 y 6 años son grandes exploradores, por lo que la opción de la montaña les encanta y les permite multitud de posibilidades de investigación: tocar la tierra, coger un palo, o porque no tumbarse a mirar las nubes, desplazarse  de un lado a otro. En este caso, tenemos que reflexionar, ponernos a su altura y disfrutar de esos pequeños momentos, viajar con la pareja o amigos nos permite disfrutar del viaje de una manera, cuando se viaja con niños las posibilidades son muy distintas pero igual o más divertidas.

No debemos olvidar tanto si llevamos un bebé como si son niños más mayorcitos, que lleven unas buenas gafas de sol, protección solar (ir poniéndole frecuentemente) y agua.

Lugares que visitar

Tenemos que pensar  que vamos a hacer un viaje en familia, con el único objetivo de disfrutarlo al máximo cada uno de nosotros. Será único e inolvidable ya que todos lo momento que vivamos en él, no se volverán a repetir y se quedará todo en nuestra retina.

Es importante  pensar  que estamos realizando un viaje con niños y que  tenemos que  organizarlo  y adaptarlo en  función de  sus necesidades: comidas, horas de descanso… sin olvidar que  tendremos que  sustituir  visitar  algún museo por ir a una zona  de juegos.

En este punto, tenemos  que pensar/reflexionar  y no  elegir una agenda amplia de excursiones y lugares que visitar:

  • Si los niños son mayores de 5 años, ellos también pueden aportar ideas y elegir  lugares y sitios que visitar ¡Empieza la aventura de nuestras vacaciones, desde el momento que empezamos a planificarlo…!
  • Si por lo contrario, son más pequeños, tenemos que tener en cuenta hasta dónde pueden llegar los niños,  si el lugar que hemos elegido hay diversión para todos ¡¡Nos sorprenderán lo bien que  se adaptan o aguantan los peques!! Si por el contrario estos se cansan o regañan, debemos planificar la actividad para otro día e irnos a descansar a zonas verdes, zonas de juegos, un mirador  o tomarnos un delicioso helado sentados en un banco.

“EL  FINAL DE LAS VACACIONES”

Es imposible no ponerse triste  cuando llega el momento de recoger todas las cosas para volver a casa ¡¡Volver a la rutina es doloroso hasta para los adultos!!

Es importante explicárselo a los niños de manera natural, sin agobiarnos, las vacaciones se han terminado  y hay que volver a casa para planificar: horarios, labores, trabajos, escuela… Y volverse a reencontrar con amigos y familiares.

Ante este punto, queremos hacer mucho hincapié; el primer día no tenemos que introducir al niño un montón de tareas que tiene que hacer, los niños notan mucho los cambios, se tienen que adaptar de nuevo a la rutina que había dejado aparcada antes de irnos de vacaciones, ir adaptándose a la rutina poco a poco evitará rabietas o problemas de sueño.

Ahora toca reanudar de nuevo nuestra vida e ilusionarnos para preparar las próximas vacaciones.

¡Esperamos que este artículo os haya servido de ayuda!