La estimulación musical es el conjunto de actividades que consiguen que los niños de entre 0-3 años se expresen, interactúen, comuniquen aprendan y se desarrollen a través de: juegos,  instrumentos, canciones, ritmos, danzas y/o cuentos cantados en inglés, castellano y/o valenciano.

Con la estimulación musical conseguimos descubrir y desarrollar capacidades, obviamente, musicales, pero también psicomotoras y expresivas entre otras. La música no es el fin, es el medio.

Además no podemos obviar la capacidad que tiene la música para motivar y fomentar la concentración de los más pequeños. Por ello el uso de la música está tan presente en centros infantiles.

La estimulación musical nos facilita a los educadores y padres, poder tratar temas complejos ya que, la música, a modo de historia facilita la creación de contextos que sitúen al niño para la comprensión o asimilación de normas o conceptos. Como ya hemos comentado también facilita la concentración, así que resulta más sencillo que los niños entiendan lo que les contamos si lo hacemos mediante la música. Además, las canciones suelen emplear formulas de repetición que facilitan la memorización.

La música enriquece al cerebro, entrenando la concentración, el pensamiento lógico, el ritmo, o la memoria entre otras. Por eso, no solo se puede usar como puente entre educado y educador para explicar conceptos, también se puede usar como soporte para el desarrollo.

El ritmo es otro de los factores importantes de la estimulación musical, ya que además de mejorar la psicomotricidad posibilita el aprendizaje del cuerpo y el concepto del yo. La psicomotricidad es un apartado muy importante en la edad preescolar que se trabaja en centro infantiles, ya que es la que va desde coger un útil hasta andar. La psicomotricidad gruesa se desarrolla, en su mayoría, en la educación preescolar. La música en este caso vuelve a ser un puente muy llamativo y motivacional para poder trabajarla.

Otro de los aportes de la música sería la mejora de la expresión oral, ya que mediante la música los niños aprenden a memorizar sin esfuerzo frases típicas, muletillas, vocabulario. Por ello, el uso de la música es un buen amigo del desarrollo del habla. Se familiarizan con su lengua de un modo lúdico ayudando a memorizar, mejorando la pronunciación y el uso de la lengua como expresión.

Además de tener un gran aporte en el desarrollo cognitivo y psicomotor, también ayuda a la mejora del desarrollo emocional. Ya que es sabido que la música transmite emociones, pero además facilita hablar de estas de un modo comprensible para los más pequeños.

La música hace presente la comunicación social y emocional,  ayudando a los niños a entender la importancia de expresarse y cómo hacerlo. Tanto con el cuerpo, siguiendo el ritmo o un baile provocado por una melodía, como con las historias que relatan las canciones.

También nos ayuda a establecer rutinas, ya que la música emplea elementos repetitivos y al ser de fácil memorización, ayuda que los niños relacionen ambientes o momentos con una canción. La asamblea es un momento perfecto en las aulas para trabajar la estimulación musical y además apoyarnos en esta para trabajar aspectos más conceptuales.

La socialización se ve muy beneficiada por la música en los niños. Rompe la barrera de la timidez, y es una bonita manera de jugar en grupo.

Por último podríamos mencionar la relajación. La relajación nos permite tener conciencia de nuestro cuerpo y hasta nos permite concentrarnos en nuestros pensamientos. La música es un buen modo de acercar a los más pequeños a estados de relajación tan importantes y necesarios en el día a día.

Por todo esto, la música esta tan presente en los centros infantiles y se usa tanto para mejorar su desarrollo como para entretener de manera lúdica a los niños.

¿Cómo trabajar la estimulación musical?


Toda estimulación parte de la idea de que estimular es sinónimo de recepción del cerebro. Para que el cerebro reciba ha de estar atento. Para ello es muy importante la motivación, ella es la que hace que se de la concentración necesaria para recibir estímulos.

En base a esto, podemos decir que para que haya una buena estimulación en general y musical en concreto, debemos asegurarnos de que los niños están motivados con los ejercicios que planteamos. Todo maestro o maestra sabe que en infantil las actividades no son fijas, si no hacen que la motivación se mantenga hay que cambiarlas o improvisar rápidamente. Por eso una buena estimación musical parte de diversas actividades que mantengan la suficiente motivación como para que haya una verdadera concentración.

Además de la motivación, es importante que las actividades tengan un fin, como mejorar el ritmo, potenciar al aprendizaje (vocabulario, conceptos, emociones…), relajar, activar al niño…

Trabajar sin un fin hace que no sepamos si la estimulación se está cumpliendo. Acercar a  los pequeños al mundo de la música ha de ser una tarea completa pero divertida. Hay que tener en cuenta los diferentes estilos de música y también los sonidos y los instrumentos. La música aporta un sin fin de posibilidades de llenar los sentidos de nuestros hijos o alumnos abriendo su cerebro al mundo.

Alguna de las medidas para trabajar la estimulación musical desde casa son muy sencillas y se pueden hacer diariamente como:

  • Escuchar música con ellos en casa. No hace falta que sea un tipo de música en concreto, simplemente encontrad un estilo que os guste, o varios, y disfrutad con ellos de momentos musicales en familia.
  • Tratar de encontrar juguetes sonoros o instrumentos para acercarles al mundo de la música y que puedan experimentar con diferentes sonidos o juguetes.
  • Utilizar la música para diferentes situaciones: hacer deporte, relajarse, el momento del baño, bailar, contar cuentos con ella, jugar…

Pero sobre todo, no podemos olvidar que los adultos somos su ejemplo a seguir y si nos ven disfrutando de la música, expresarnos con ella, entenderán que la música es un lugar donde refugiarse, donde sentirnos comprendidos, donde encontrar sentimientos y donde nuestro cerebro se recarga para coger energía.