Aprendizaje del inglés en la edad preescolar

La enseñanza del inglés ha ido variando a lo largo de la evolución de la enseñanza en España, tanto en metodologías, como en momento y uso. En centros infantiles apostamos por la inmersión lingüística. Por eso, en nuestras aulas se realiza una educación bilingüe.

Pero… ¿Por qué es importante el aprendizaje del inglés en los primeros años de vida?

Aspectos positivos y negativos

Durante los primeros años, los alumnos se desenvuelven en las aulas de manera diferente a los adultos o los adolescentes. Para niños de preescolar las aulas no son solo sitios donde aprender, ni ven a sus compañeros solo como amigos. No existen etiquetas, las cosas simplemente son.

De ese modo las aulas son su segundo hogar, sus compañeros son amigos, familia… Su actitud por tanto es muy diferente y eso facilita tratar el aprendizaje del lenguaje de un modo más natural y contextualizado.

Ventajas:

  • Falta de vergüenza
  • Entusiasmo
  • Confianza en el educador
  • Mayor facilidad para asimilar acento y pronunciación
  • Diferentes contextos en el centro: higiene, clase, recreo, alimentación, sueño…
  • Uso habitual de rutinas: Asamblea, horario pautado
  • Frecuencia de cuentos y canciones en las rutinas

Dificultades:

  • No hay posibilidad de función metalingüística
  • Falta de concentración mantenida

Como podemos ver, las ventajas son mas que las dificultades. No se pueden realizar actividades sobre el aprendizaje de la lengua como tal, no se puede explicar gramática por ejemplo. Sin embargo eso podría resultar incluso una ventaja, ya que en ocasiones resulta un handicap. El aprendizaje de la segunda lengua, en este caso el ingles, en ocasiones se basa en exceso en el aporte de teoría o explicaciones basadas en la gramática y se olvida el aprendizaje basado en el uso.

En educación infantil no hay aprendizaje de lengua sin el uso de esta. Cuanto antes se empieza más fácil es que los niños se habitúen a la escucha, y que pase a formar parte de su aprendizaje oral junto con la lengua materna.

En el primer año de vida los niños aprenden a comprender más que a hablar, y tienen capacidad de distinguir los sonidos de todas las lenguas. Tienen una capacidad natural e innata para discriminar todos los sonidos y por tanto poder generar una huella neuronal suficiente como para mejorar la posterior pronunciación.

Además, en las aulas de educación infantil se respira un ambiente diferente al resto de años de escolarización. La baja edad de los alumnos permite que las aulas estén marcadas por: el juego, las canciones, rutinas, cuentos, compañerismo, abrazos, cariño, cercanía. Este ambiente es idóneo para potenciar el aprendizaje de una lengua ya que posibilita el uso real y la contextualización del lenguaje de manera natural y sin vergüenza.

Periodo Sensible del lenguaje

El periodo sensible es una hipótesis que apoyan muchos estudios científicos y que habla de un periodo, que muchos consideran crítico, donde si no se da aprendizaje es muy dificil que se pueda dar con efectividad o facilidad en periodos posteriores. El periodo sensible del lenguaje va desde el parto hasta los seis años de vida aproximadamente, aunque algunos estudiosos dicen que comienza incluso en el embarazo.

El periodo sensible es la habilidad natural y no forzada del aprendizaje, una vez pasado ese periodo el aprendizaje se realizaría de una manera consciente y no tan innata.

Al nombrarlo sensible, se remarca la importancia que este periodo conlleva pero no cierra las puertas ni a una posible mejora tras el periodo,  ni a la existencia de comunicación en el caso de no haber recibido educación durante el periodo.

El periodo sensible se basa en  que la plasticidad cerebral y la falta de especialización cortical facilitan el aprendizaje de la lengua.

Por eso, basándonos en el periodo sensible, la etapa de educación infantil es primordial para el aprendizaje de la primera y la segunda lengua.

Aprendizaje de la primera y la segunda lengua

Los niños aprenden la primera lengua en base al innatismo, la interacción social y  la experiencia.

Cuando enseñamos una primera lengua lo hacemos de un modo natural, centrándonos en el uso adecuado de la prosodia y la pronunciación. Sin embargo, cuando enseñamos una segunda lengua en una edad ligeramente más avanzada, tendemos a centrarnos en el aprendizaje de la gramática y el vocabulario.

Hay modelos que hablan de esta relación de aprendizajes de lenguas, como “Competition model” (Bates and MacWhinney 1989). En él se explica cómo el aprendizaje de la primera lengua ayuda a apoyar el aprendizaje de la segunda lengua, compartiendo las mismas estrategias. Por eso los alumnos que aprenden las dos lenguas durante los primeros años de vida emplean con mayor facilidad y más asiduamente la lengua materna. Eso no implica que el aprendizaje de la segunda lengua no sea recomendable antes o durante el aprendizaje de la primera lengua. Ya que ayuda a crear las bases, estrategias y discriminación de los fonemas. Especialmente si se realiza con una inmersión completa. 

Conclusión

El aprendizaje del inglés durante los primeros años de vida es por tanto muy importante y beneficioso. Además de aprovechar los años idóneos para la recepción cerebral, estamos aprovechando la situación y el contexto que la escuela ofrece, marcada por una educación cercana, basada en la experimentación, en la libertad del niño para aprender, en la motivación, el juego y la creatividad.

Creamos las bases de una comunicación rica, completa. Generamos huellas neuronales y enseñamos a pensar en inglés, creando pensadores activos.

dos hermanos alumnos de centros infantiles en Valencia, en la cama