En la época preescolar los adultos que conviven con niños de entre cero y tres años se preocupan por el desarrollo de los pequeños. En las aulas de centros infantiles se trabaja para conseguir la autonomía de los infantes en un ambiente cercano y de cariño. La autonomía va variando dependiendo de la edad de los alumnos.

En el primer año de vida cada avance es un gran paso, y cualquier mejora en la autonomía es digno de aplaudir y de orgullo. Conforme los educados pasan el primer año de vida la exigencia aumenta y ya no basta con levantar la cabeza por sí mismos o dar un pasito sin ayuda. Esto los niños lo notan y lo saben, es por ello que nos adentramos en una etapa de rabietas o llamadas de atención. Los alumnos desean seguir siendo el centro de atención y que se les aplauda por cada logro, pero la exigencia ha subido y ya no todo es excelente. Esto sumado a un cambio en su socialización hace que los alumnos sean consciente del otro también.

Teoría de Desarrollo de Piaget

Para poder hablar de desarrollo “normal” es muy importante conocer las etapas del desarrollo de los niños y esto ha de hacerse basándonos en un autor muy conocido como Piaget.

Piaget fue un psicólogo, biólogo y epsitemólogo suizo que desarrolló una teoría del aprendizaje de los pequeños. Esta teoría se basa en el enfoque constructivista que en resumidas cuentas significa que los niños aprenden del entorno que les rodea en base a sus interpretaciones y por tanto vamos construyendo nuestro aprendizaje mediante esquemas que se van encajando, ordenando y cambiando constantemente.

Por tanto la experiencia es la base del aprendizaje, con ella vamos afianzando aprendizajes y cambiando los anteriores, creando estructuras sólidas pero sujetas a cambios o ampliaciones.

Otro de los puntos muy interesantes que muestra el psicólogo en su teoría es la asimilación-acomodación. Para él el aprendizaje se basa en esquemas mentales, así que los procesos de asimilación-acomodación son procesos relacionados con los esquemas mentales durante el aprendizaje.

La asimilación hace referencia a ese proceso que se da cuando un niño aprende algo en base a un estímulo y el esquema mental que ya posea en su cerebro.

Mientras que la acomodación se produce cuando el alumno responde a ese estímulo pudiendo cambiar el esquema y acoger la respuesta en un nuevo esquema.

Esto se pude entender fácilmente con el siguiente ejemplo:

Imaginemos un aula de primaria en la que se habla en inglés. El alumno desea ir al aseo, y al decirlo en castellano la profesora simula no entenderle. El niño no sabe la frase clave, y la profesora se la hace saber “can I go to the toilet please?”. El niño, al día siguiente recuerda la frase y va al aseo con éxito. Bien, se ha producido asimilación.

¿Cuándo se produce acomodación? pues muy sencillo, el día que el niño desea beber agua y de nuevo no conoce la frase para solicitarlo pero en su cerebro le aparece la frase “Can I…” podemos decir que se ha producido acomodación pues en su cerebro, y en base a una experiencia pasada por un estímulo concreto, se ha producido una respuesta que él ha sabido emplear para una situación y un estímulo diferente.

Etapas de aprendizaje:

  1. Etapa sensoriomotriz
  2. Etapa preoperativa
  3. Etapa preoperativa concreta
  4. Etapa de operaciones formales

(En este post nos centramos en las dos primeras puesto que son las que incumben a la etapa preescolar.)

La etapa Sensoriomotriz va desde el nacimiento hasta los dos años de vida. Es la etapa que está más marcada por la acción, especialmente la motora. De este modo, hay un gran desarrollo de inteligencia sensomotora que se ve plasmada en:

  • Reflejos: que se hacen de manera involuntaria hasta los 8 meses o un año, y que posteriormente evolucionan hasta una conducta de aprendizaje.
  • Desarrollo de permanencia del objeto estático: este proceso supone que el niño sepa que un objeto siga estando cuando delante de él lo hacemos desaparecer. Por ejemplo, le mostramos un juguete y lo escondemos en la espalda. Antes del año el niño pensará que el objeto simplemente ha desaparecido y no lo buscará. Sin embargo después del año el niño ha de buscarlo.
  • Permanencia del objeto dinámico: A diferencia del anterior, en este caso el objeto se transporta de un sitio a otro sin ser visto por el niño y aun así a los dos años ha de ser capaz de saber que está. Sería por ejemplo el caso de tapar el objeto con una manta y desplazarlo. Conseguir esta permanencia sería el paso a la etapa siguiente.

La etapa Preoperativa va de los dos a los siete años y está marcada por el desarrollo de la inteligencia de representación. Los niños empiezan a ser capaces de elaborar signos, de reconocer imágenes con símbolos parciales, y de representar: imitación directa y diferida (sin que lo haga el adulto).

Aparece también el juego simbólico que consiste en darle un significado a un objeto que tiene otro diferente, como hacer de un trozo de pan un caballito que galopa. También realiza imágenes mentales, dibujos y lenguaje.

Al ser una etapa compleja también va acompañada de errores cognitivos:

  • Egocentrismo: El egocentrismo es uno de los errores cognitivos más fáciles de detectar. Sería por ejemplo un niño que no le gusta el brócoli y piensa que a nadie le gusta. Además creen que todo gira en torno a él, como comentábamos al inicio del artículo.
  • Centración: en la centración, los alumnos solo se fijan en una cualidad del estímulo, por eso cuando se les muestra por ejemplo dos botellas con la misma capacidad pero diferente altura para ellos la más llena es la más alta.
  • Animismo: significa atribuir cualidades de seres vivos a objetos inanimados.
  • Artificialismo: creer que hechos naturales como un rayo están hechos por el hombre.
  • Irreversibilidad: tienen ideas muy claras y difíciles de cambiar, han de ver la realidad para cambiar de opinión.

Conlusión

En base a esta teoría de Piaget, podemos decir que es fundamental que los niños experimenten y vivan situaciones diferentes y reales que les aporten estímulos nuevos y constantes para mejorar su aprendizaje, desarrollo motor y la autonomía. También nos puede resultar más sencillo comprender sus rabietas al saber que sufren una etapa de egocentrismo o de irreversibilidad.

Están en pleno aprendizaje y cada día que pasa es un mundo nuevo para ellos. Llevarles al parque, al bosque, hacerles gatear, andar, o dejarles experimentar con texturas y sabores es lo mejor que podemos hacer hoy en día. Nos adentramos en unas etapas llenas de cambios y sensaciones, se están adaptando a no ser el centro del mundo y a la vez a que todo sea nuevo o diferente a lo aprendido previamente. Estimulemos ese cerebrito, hablad a vuestro pequeños, dejad que se equivoquen y se manchen enteros, pues es la mejor manera de aprender.

Actividades

Como hemos hablado en este artículo de autonomía, aquí van unas actividades para diferentes edades que tienen como fin mejorar la autonomía de nuestro pequeños:

Mejora del habla:

Una de las partes fundamental de la correcta elaboración de los fonemas es la respiración y el control del soplo, por ello jugar con nuestros niños puede conseguir que el habla sea un proceso más sencillo.

  1. Juguemos al fútbol:
  • Material: pajitas, papel de aluminio y un vaso de plástico
  • Edad: 2-3 años

Esta actividad consiste en hacer llegar la pelota de aluminio hasta nuestra protería. Para ello, nuestra portería improvisada con un vaso de plástico, el balón será de papel de albal (dejad que las intenten hacer ellos, estimula muchísimo la psicomotricidad fina) y nuestros pies será el aire que salga por la pajita. ¡A ver quién mete más goles!

Mejora de la psicomotricidad fina:

1. Pio Pio

  • Material: cartulina amarilla una pinza, pegamento, churritos de papel.
  • Edad: 1-3 años.

Para esta actividad haremos pollitos dibujados en la cartulina y les pegaremos la pinza detrás, para mejorar la psicomotricidad fina las pinzas son un artilugio maravilloso. Intentemos coger pinzas que se abren sin mucha dificultad para facilitar el juego. Los peques tienen que alimentar al pollito cogiendo los churritos de papel que habrán hecho previamente.

2. A recortar

  • Material: tijeras de plástico, plastilina.
  • Edad: 1-3

Recortar plastilina es una actividad, además de divertida, muy buena para mejorar su psicomotricidad fina. La plastilina hace mayor resistencia que el papel y también resulta más segura ya que no se dobla. Además nos permite emplear las tijeras de niños completamente de plástico para evitar cortes.