Esta es sin duda la pregunta de las últimas semanas después de la dura etapa que nos ha tocado vivir. Si hace un año se nos hubiera planteado esta pregunta la respuesta habrá sido sencilla: nos vamos de vacaciones a disfrutar y descansar. Por otro lado, todas las familias que tienen hijos en casa, también se planteaban, vamos a llevarlos a una escuela de verano, campamento, o cualquier otra actividad lúdica, mientras trabajamos en verano. Pero las circunstancias del Covid-19 han hecho que estos planteamientos cambien. Aunque paremos por un momento y pensemos, ¿por qué no vamos a poder disfrutar de este verano, igual que de otros? Aquí la cuestión es reinventarse.

Desde centros infantiles, os queremos hacer llegar propuestas y sugerencias, para que este verano, aunque diferente, no tenga nada que envidiar a cualquier otro que hayamos vivido anteriormente. Lo primero que nos es grato decir, es que siguiendo los protocolos que nos indican las autoridades sanitarias y educativas nuestros centros estarán abiertos para vosotros y vuestros peques todo el verano, con el objetivo no solo de ayudaros a conciliar la vuelta al trabajo después de este confinamiento, sino también para darle al alumnado, la dosis de diversión, socialización y aprendizaje, de forma presencial, que tanto necesitan y que durante estos meses no se les ha podido ofrecer. La Escuela de Verano de centros infantiles pondrá todo su esfuerzo, herramientas, protección y el trabajo cercano y humano de nuestras educadoras para que así sea.

Después de esta primera sugerencia de poder contar con nosotros este verano, existen también toda una serie de actividades y recursos que pueden ayudar a que este sea un tiempo de ocio y diversión en familia, sin renunciar a la esencia de lo que siempre hemos llamado “el veraneo”. Los peques, sobre todo los más pequeños que son con los que se trabaja en centros infantiles, no van a comprender muchas de las limitaciones que se nos van a imponer, con la mejor de las intenciones, en esta etapa estival. De modo que, está en nuestra mano hacérselo fácil y divertido para que, aún sin entender que está pasando, puedan disfrutar de unas merecidas vacaciones. Así que, llegados a este punto, y como diríamos coloquialmente, la imaginación al poder.

Los juegos de agua, con el correspondiente control sanitario, son sin duda uno de los mejores y más divertidos recursos que podemos utilizar para entretener y pasar ratos extremadamente divertidos en familia. La idea es acabar calados hasta los huesos, pero con la mayor de las sonrisas en la cara. Existen infinidad de juegos que podemos realizar con los peques, desde perseguirnos por los espacios que tengamos más a mano (jardín, terraza, un espacio en el campo, en la montaña…) pistola de agua en mano y a disfrutar mojando a todo el que se nos ponga a tiro, hasta hacer una guerra de globos de agua, que ya simplemente con llenarlos, va a ser toda una experiencia para los más pequeños. Ahí lanzarnos los globos, fijar un objetivo donde lanzar, ver quien llega más lejos, cual es el que explota y cual no, quien coge el más grande y con más agua…se presenta como una auténtica aventura que en ocasiones nos lleva tanto tiempo, que perdemos su noción, disfrutando en familia, o viendo como nuestros hijos disfrutan con sus hermanos. Cuando son algo más pequeños, es evidente que este tipo de juegos, no se acoplan a sus posibilidades, pero ahí podemos optar por fabricar con materiales de reciclaje un circuito por el cual echemos agua desde arriba y los peques la vean salir por debajo. Podemos ayudarles a verter el agua, y creed que no va ser necesario comprar ningún juguete caro del mercado para experimentar con los chiquitines, porque solo el hecho de observar el agua, es el gran descubrimiento.

También es recomendable para esta etapa, un clásico de todos los tiempos: las piscinas hinchables, que adaptaremos a la edad y estatura de los pequeños. En ellas no solo pueden darse un refrescante baño contra el calor, sino que pueden divertirse con juguetes u objetos que se puedan sumergir en agua, y que seguro serán un deleite para ellos. Además de esto podemos contribuir a enseñarles a hacer burbujas en el agua con pajitas, o darse una buena ducha con una pequeña regadera, mientras disfrutan dentro del agua. Si tenemos un bebé en nuestra casa, este recurso acuático puede ser muy relajante, placentero y divertido, y seremos nosotros quiénes nos encargaremos de hacerle experimentar toda esa diversión. Verano y juegos de agua, que con la necesaria y obligada supervisión de los adultos, es un tándem ineludible, hoy y siempre.

Sin duda otro de los interrogantes que se nos va a plantear es ¿qué vamos a hacer para ir a la playa o a una piscina pública o comunitaria? Desde centros infantiles os proponemos que le deis una vuelta de tuerca a esas situaciones, en que el respeto de las distancias y las no aglomeraciones van a ir en beneficio de todos, y para protección de nuestros peques, y como no y por encima de todo, de nuestros mayores, que probablemente en muchos casos van a disfrutar de las vacaciones con nosotros. Es en este punto donde os invitamos a transformarles la realidad en un juego para ellos, y que mejor que hacer una mención a aquella famosa película italiana, en la que un padre debe enmascarar la dura realidad diaria de un campo de concentración, transformándolo en un juego constante para su hijo. Magistral idea! Pues hagamos lo mismo, o al menos intentémoslo. Si nos vamos a la playa y es necesario, porque así se requiere, estar en un cuadrado delimitado (hemos visto infinidad de ejemplos de esa previsión en playas españolas), vamos a jugar a que es nuestra casa, nuestro castillo, y que no podemos salir de él, solo para ir al agua, porque si no alguien puede venir y puede ocupar con nuestro lugar.

Así que cuando volvamos del agua, corriendo a nuestro “cuadrado” y a jugar allí con la pala, el cubo, el rastrillo, o cualquier cosa que elijan llevarse. Sería una gran idea, premiar esta actitud de no salir del espacio delimitado, así que unos gomets o pegatinas, para los que lo hagan sin rechistar, sería una fantástica idea. Si esto mismo nos sucede en la piscina el juego puede ser el mismo. Evidentemente surgirá la tentación, por su afán de explorar y socializarse, de jugar con otros peques. Si consideramos que no es lo más prudente o tenéis ciertas reservas a ello, os recomendamos jugar a “EO, EO”. Saludaremos y compartiremos juegos con otras familias saludándoles diciendo: EO, EO ¿quién hay ahí? A partir de ese momento se puede iniciar una conversación, juego o entretenimiento, dentro de las normas y la distancia adecuada, sin que nuestros pequeños se den cuenta, de que los rodean limitaciones. La playa y la piscina como nunca las habíamos disfrutado.