LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD Y HÁBITOS ALIMENTARIOS

La educación para la salud como disciplina aparece por el hecho de dar a las personas los medios que les hace falta para mejorar la salud a través de cambiar ciertas conductas inadecuadas. La educación para la salud se puede definir como una mezcla de actividades de información y educación que de lugar a una situación en la que los individuos conozcan cómo conseguir unos niveles de salud óptimos y pidan apoyo en el momento que sea necesario.

El principal objetivo para la educación de la salud es el de diseñar programas de intervención destinados a cambiar creencias, costumbres y hábitos no saludables, además de promover, proteger y fomentar la salud.

Por lo dicho anteriormente, la educación para la salud que se cuida desde el servicio de comedor de centros infantiles va a hacer que los niños adquieran hábitos alimentarios saludables que contrarresten la obesidad por medio de la promoción de hábitos y estilos de vida saludables, enseñándoles actitudes, conocimientos y hábitos que favorezcan su crecimiento, desarrollo y la prevención de enfermedades.

Actualmente, la mayor parte de los programas de educación nutricional están dirigidos a prevenir la obesidad infantil, que es muy común en toda la población. De todas maneras, las personas pretenden inculcar a sus hijos unos adecuados hábitos de alimentación y ejercicio físico, para prevenir la obesidad y otros tipos de trastornos de conducta alimentaria.

La educación nutricional hará que se modifiquen las conductas y actitudes más inadecuadas, y además hará que adquiramos unos altos conocimientos sobre cuestiones y aspectos relacionados con la alimentación, que es muy importante. Esta educación que se da tanto en niños como en adolescentes, puede conseguir una buena alimentación y prevención de enfermedades tan habituales a esta edad.

El responsable de la gran cantidad de cambios que se han producido en los hábitos alimentarios ha sido el medio social, y también el encargado de adoptar ciertas conductas que no son las recomendadas para un adecuado estado de salud.

Hay una gran variedad de hábitos que no son los adecuados y esto impide que se pueda alcanzar una buena alimentación, como son:

  • a)  Hábitos irregulares. Actualmente los horarios de las comidas se adaptan al resto de actividades de cada individuo como el trabajo, los programas de televisión, el ordenador (uso internet), los videojuegos o salidas con amigos. Se ha conseguido un descontrol tanto en el horario de las comidas como en el descanso de los fines de semana.
  • b)  Comidas acompañadas por la televisión. Cada miembro de la familia come a distintas horas porque cada uno realiza una actividad diferente. Cuando un niño no quiere comer se utiliza la televisión, poniéndole dibujos animados. Este método es utilizado por muchos padres, que quieren que sus hijos coman sin saber sus consecuencias, ya que este método hace que el niño no sepa diferenciar sabores dado que su atención se centra en la televisión, esto impide un adecuado desarrollo del sentido del gusto y también afecta a que reconozca las sensaciones de hambre y saciedad llevando a la vez que el comer se convierta en algo mecánico.
  • c)  Monotonía en la alimentación. Esto lleva a una alimentación poco variada y nada equilibrada con el bajo consumo de ciertos alimentos hasta su ausencia como por ejemplo de las legumbres y verduras, que son una de las recomendaciones para conseguir un adecuado estado nutricional.
  • d)  Comer solo lo que más les gusta. Los niños no se acostumbran a comer ciertos alimentos que al no haberlos probado nunca no reconocen los sabores porque no son de su agrado pero son fundamentales en la alimentación. Por ejemplo: las verduras y el pescado.

Los medios de comunicación y la influencia de estos deben considerarse en los programas de educación nutricional porque los niños y adolescentes son vulnerables, y esta influencia puede ser malinterpretada y en ocasiones pueden llevar a obsesionarse por la alimentación. Esta obsesión puede desencadenar en un trastorno de conducta alimentaria.

Por esta razón, es muy importante que desde la infancia se tenga una buena educación nutricional, que se tengan en cuenta ciertos aspectos como el uso adecuado de la información que transmiten los medios.